Es la XI marcha por la diversidad sexual en el centro del lugar que concentra el poder, en la metrópoli, el esfínter de Guatemala.
El primer chakra, chakra Muladhara, chakra radical, chakra basal o centro se encuentra entre el ano. El ego la fábrica de pensamientos que hemos hecho realidad, pensamientos limitantes, exclusión del espíritu, ha hecho de nuestro centro el refugio del poder, un lugar sagrado.
Aquí en la ciudad se hizo un hueco enorme, no se podía tapar con un dedo. Casi un hoyo negro, una tragedia que podría haber tenido un potencial turístico pero se tenía que cerrar, a voluntad del moralismo guatemalteco, representado en un alcalde que todo lo adorna pero que nunca llega a fondo. El ano sigue siendo tabú.
Es una marcha simbólica, donde se sacan los trapos al sol, las banderas de colores, el orgullo de existir más allá de los prejuicios, culpas y pecados. Es fiesta.
Es la macha de los huecos, el portal hacia otro mundo, la conexión, el encuentro. El estómago se revuelve cuando uno sabe que va a donde miles llegan para celebrar y reclamar la libre vivencia sexual. Somos cuerpos encantados y peligrosos para el poder.
Es la recreación lationamericana de una marcha occidental, en cuerpos no occidentales, en el corredor del continente. La marcha LGTB en cualquier lugar de mundo es colores, pero aquí la identidad es otra. Esos colores se ven en barriletes, piñatas, antifaces, matracas, cortes, güipiles, plumas, pieles bronceadas y morenas.
Esperaba encontrarme con bailes o coreografías de kermes, curas, senos trans al aire, alguna que otra nalga, muchos tacones y pelucas, quinceañeras, novias, enfermeras, policías. Y así fue, bastante obvio y predecible. Cuando se puede ver la idea antes de que ocurra, el romper deja de ser una afirmación, una transgresión. La marcha capitalina no me dejó sorprendido, sentí como si lo viví antes. Es porque participo por tercera vez y a simple vista parece que fue lo mismo se mantiene un flujo similar de personas, el ritmo en general es el mismo.
Sin embargo, el tiempo hace lo suyo, esta vez caminaban alguno que otro hipster, alguno que otro artesano y las Alí Gay esta vez acompañadas de un Tecún Umán que se asemejaba más a arlequín. Algunas personas destacan por su ingenio, como las lavanderas o Xica da Silva. Es de reconocer esos cuerpos que hacen su existir y se construyen como se sueñan. Caminar en tacones, el esfuerzo por recrear, vivir y ser esa fantasía de marcha, es el talón de Aquiles, de la burguesía conservadora, el statu-quo capaz de rellenar y aplanar cualquier diferencia.
La idea de una marcha en ciudad de Guatemala tiene un potencial tremendo, podría ser grande, inclusive comercial, para mal o para bien. La razón puede que se esconda en que son los de siempre, los que se atreven a salir. Aquellas pasivas empoderadas, las chilindrinas, las de pantalón y culito apretado, prietitas llenas del deseo prohibido. Lilith en la contemporaneidad. La subversión más honesta porque se vive sin siquiera pretenderlo.
Love Parade
Imagino carrosas sofisticadas con música electrónica, y al final de la noche que sigan los djs en el parque central. Veo publicidad masiva para salir del closet, en los mupis, atrás de las caminetas, en los bares, la radio y la tv, en todas partes.
Los comerciantes informales, con un pensamiento más estratégico encuentran el aclamado negocio rosa, algo que por fortuna aún no ven las grandes empresas. Vendedores “in”-formales ofrecen aguas, pizza, capas para la lluvia. Haciendo más colorido el recorrido.
Me pregunto, ¿dónde estaban los medios de comunicación alternativos, las organizaciones por la juventud, los candidatos jóvenes con supuestas propuestas audaces, los estudiantes de la USAC, la EPA, las iglesias, donde?
Se trata de la vida, del conflicto. ¿Dónde estaba el Procurador de los Derechos Humanos, la comunidad internacional?
El closet son los dispositivos de inseguridad y el miedo son con los que opera la sociedad guatemalteca. El efecto de ello, la violencia, es lo que se aborda muy superficialmente. La violencia silenciosa, pasiva y complaciente es, la camisa de fuerza, la corbata, el cincho, la envoltura del cuerpo político, el tamal que es Guatemala.
Y cuántos hacen la marcha con los ojos cerrados. Las ongs y las trans llevan sus carrozas, hacen el carnaval de carne y los otros que se suman, terminan por confundirse entre publico y espectador cuando caminan en la calle y después en las aceras, descubriendo donde se siente más cómodos si viendo o dejándose ver, algunas veces se prefiere el anonimato.
Gay Guatemala lo transmitía en vivo, según ellos tenían a más de 40 seguidores en internet, entre ellos a migrantes guatemaltecos en Los Ángeles. El mundo ya es un pañuelo, pero el mundo gay es un retazo de lentejuelas.
Cuando alejado de las carrosas la marcha parecía, marcha fúnebre, al punto que pensé en enlistarme en alguna coreografía para bailar la marcha y sorprender, como debe ser. Sen-tir-el cuerpo-sen-saciones-sen-sacional. Zen!
Por tanto empecé a gritar consignas donde están las trans desaparecidas, pero es la marcha del descaro no de la memoria, entonces lo cambié a libertad sexual, a lo que todos respondieron con bullas, gritos y aplausos.
Terminó la marcha y no se reconocieron a los caídos, no culminó con un minuto de silencio, con velas o alguna reflexión profunda.
Entonces se hizo más evidente la dispersión enclosetándose las trans en las cantinas, y los gays mas cherry se preparan para las fiestas VIP en Genetic, “el cover aleja la chusma”. Yo agarré para La Bodeguita del Centro, donde termina la noche las trans de corte, las trans del interior de la república, donde regalan tamal y pan francés, venden rosa de Jamaica con aguardiente o el respectivo litro de cerveza. Donde está el pueblo, está la alegría.
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