El trayecto: “En el bus cerraba los ojos para atrapar la energía, los abría para gritarlo. Nosotros los viajeros, todos extraños, todos palpitando las vueltas, la cumbre Alaska, la oportunidad de una montaña, oler el verde, comer el azul con los ojos. Diferentes ojos en el mismo transitar que peina nuestra existencia.”
Xela
Xela es un lugar que se ha ido haciendo poco a poco, en algún momento fue la capital económica y cultural de Guatemala. En algún momento quiso hacerse su país. Ha dejado mucho, y aunque parece como detenida, todavía se está transformando y promete mucho más.
El tiempo y las acciones gradualmente van moldeando la ciudad en una forma nueva que aún no conocemos pero que es emocionante vivir. El turismo es parte del cincel que está esculpiendo la nueva ciudad y sus relaciones de una manera sorprendente. Un amigo me dijo una vez en un café cuando le pregunté qué es ser quetzalteco -“el que no se ha acostado con algún extranjero no es de Xela.” Así se entiende que es un lugar que recibe muy bien al turista, lo hace sentir cómodo, como en casa, como en su propia cama.
Xela una ciudad(ela) alejada, pero no aislada, pequeña, mediana o grande, depende de los ojos que la vean, está abierta a las posibilidades. Si algo es seguro es que no es un lugar aburrido. Aquí puede pasar cualquier cosa y en buena medida es posible debid al tránsito de personas de todo el mundo que vienen y van.
Las escuelas de español, son un puente, un canal para poner al turismo sobre la tierra y hacer de él un encuentro. Las familias adoptan a los extranjeros, ellos viven con limitaciones como los migrantes del norte en el sur, pero con calor humano. Juntos recrean una realidad, una circunstancia, y evidentemente hay un interés en el intercambio.
Sin embargo, es difícil que se construya algo solido, en base a estos fenómenos migratorios, el turismo de mochila, de aventura, esos terceros que viven en su realidad encantada ya sea esta insustancial o maravillosa.
Muchos se van, otros pocos se quedan pero ellos son diversos y siempre va a haber una oferta para la demanda. La ciudad se adapta a ellos (a los otros y a ellos mismos). La ciudad incluye a todos.
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El riesgo pude ser que se convierta gradualmente en un lugar para el otro, un lugar de turistas- que deja de ser de los sujetos locales ahora dependientes de una nueva economía. Dejando de ser para sí, de existir para sí, en una necesidad creada. Obligándose a corresponder al turista. Haciéndose del lugar un espacio de correspondencia y condescendencia con ese otro que solo en algunas ocasiones tiene una autentica preocupación por com-penetrar con el entorno y los sujetos locales, permitiendo el encuentro, real o imaginario.
Es curioso estar a la mitad del camino de este platillo que se está cocinando. En ingles a este hervidero le llamarían “melting pot”. Es como una gran ensalada “big salad” con todos los sabores e ingredientes que hacen que pueda resultar hermoso o incomodo, en todo caso es una experiencia extraña y repentina.
Una marcha Sui Generis
En la Plaza de Armas, hoy Parque Central, mañana tal vez “Zocalo”, avanza una procesión que pretende ingresar a la iglesia-catedral*. Simultáneamente a la marcha del orgullo. Éramos pocos, algunos agacharon la cabeza o se persignaron frente a las inmaculadas imágenes religiosas. Luego de su entrada caminamos para darle la vuelta al parque. Se pretendía que el recorrido iniciara en Plaza Japón para concluir en el centro pero gobernación negó el permiso, por considerar arriesgada e imprudente una marcha GAY en un lugar conservador que no está acostumbrado a esas excentricidades.
Como era de esperarse, las personas, aunque pocas, eran literalmente de todas partes de guate y del mundo. Una cuarta parte podría haber correspondido al interior (Coatepeque, Mazate, Rehu, Huehue, etc.), la otra cuarta parte de la capital, la otra pudo ser de turistas extranjeros y la otra de puros quetzaltecos.
Fue una marcha gourmet, con un poco de todas las orientaciones sexuales e identidades de género. De todos los colores, de blanco a negros pasando por todas las escalas, morenos, dorados, chocolatosos. Formas de pensar, cristianos, ateos y/o pertenencia étnica o cultural.
Punks indígenas, trans indígenas, trans mestizas, bears, estudiantes, trabajadoras sexuales, artesanos, profesionales, etc.
Una marcha diferente, pequeña pero cálida, fraterna como lo es Xela. Incluyente, si. Respetuosa, si. Espontanea y reservada como son los turistas mochileros. No hubieron besos, ni cervezas, ni biquinis, ni siliconas al descubierto.
El clima fue favorable.
Ese aire tan salvajemente puro en este altiplano de maíz luz y nube que me pesa la nariz.
!La marcha marchó bien!
"It didnt rain on my parade"-Funny Girl Musical, 1964
Fue evidente que la consigna estuvo coordinada por una ONG, Iniciativa por la Diversidad Sexual de Occidente (IDSO), organización que cuentan con un centro cultural de la diversidad sexual y funciona como un grupo de apoyo. Se consideran un grupo de jóvenes de la diversidad que pretenden, marcar la diferencia, fortalecer y unir el círculo de la comunidad.
Las cartulinas, hechas por la organización portaban mensajes como: “Quieres ser mi amigo” agrégame / Porque me ves así soy persona / Dios también me ama. / Tengo derechos igual que tú / El odio se combate con la tolerancia.”
La moral, hecha para salvarnos del abismo de nosotros mismos, está presente en los cuerpos y en el imaginario. El honor, la imagen, el prestigio, la decencia y el apego a Dios, nos llevan al intento fallido de demostrar que somos “normales”, contradicción evidente para la diversidad. La diversidad oculta porque no cabe en el mundo adornado y maquillado de hipocresía y poder heteropatriarcal: educación.
Llegué a pensar que el mensaje enviado por emisores vestidos de vaqueros, de fantasía, de corte, de mimos, con antifaces y plumas, pudo o puede llegarle al revés al cerebro del receptor. “No quiero ser tu amigo” / no eres persona / Dios no te ama. / Tú no tienes derechos / Te odio”. Puedo estar equivocado. De pronto una forma de reclamar más aguerrida tampoco conviene, como lo han demostrado los fracasos de la izquierda.
Ok, también habían otros más interesantes que exigían el reconocimiento pleno de derechos, derecho al estudio, salud integral, a portar las raíces. Creo que el punto está en la consistencia política, el enfoque y la actitud. Seguro con el tiempo afinarán las estrategias, probar es experiencia.
Por mi parte creo que para representarse a sí mismo es necesario empoderarse de los estigmas y fantasmas que se llevan en la piel y las heridas de la injuria. Darle la vuelta al discurso de poder y reclamar el espacio, exigirlo, demandarlo, tomarlo, para todos los que no estamos felices, y que escondemos nuestro sexo, nuestro ser sexual, adentro de la aplastante y asfixiante matriz heterosexual.
Muchos gringos, o extranjeros apropiadamente, tomaron y ondearon los carteles con orgullo. Asumo que algunos no sabían ni que exigían. Era un poco divertido observar a una mujer blanca, joven y caucásica con un cartel que dice “Porque me miras así, soy persona”.
En la tarima los organizadores lanzaban mensajes en contra de los vicios y la promiscuidad, a favor de la pareja normativa y la fidelidad monógama. Algo que choca en mi cabeza frente a mis ideas de amor y expresión libre, o sino libre pues que uno sea capaz de experimentar, inventar y vivir las relaciones como una las desee.
Ya de noche se marchó de nuevo alrededor del parque central, en silencio, portando velas por los caídos, por los que ya no están. Esa marcha de silencio fue acompañada por música de Madona de fondo.
Luego de la marcha, las trans se desataron tomaron la calle y la tarima bailando a Shakira, Rehana, y por supuesto a la sagrada Santa Gaga. Todos les seguimos.
Xela ya no volverá a ser la misma, Quetzaltenango ahora es mujer, ya no es aquel botón ingenuo y conservador del altiplano (si es que algún día lo fue). Ahora las calles ya conocen la marcha de los tacones y la fuerza de la diversidad sexual.
Es posible que para muchos extranjeros, no todos, la macha fuera solo una aventura más en su colección de historias que contar en un país exótico, mágico y tercermundista. Así como muchos de ellos luego de la marcha se vieron de nuevo en los bares para jugar billar, comparar esa historia con otras, reírse, o ligar.
Para los gay en cuerpo y alma la fiesta continuaba en PalaLife, el único espacio institucionalizado para conocerse, ligar, charlar, hacer amistades, amoríos, conectes. El lugar estaba lleno y la entrada tenía un valor de Q40.00. ¿Negocio o política, o ambos? Seguramente hubo quién quedó afuera, quería, deseaba estar ahí con “todos” pero no “todos” tienen esa posibilidad.
Coincidencia o no, al día siguiente una secta evangélica exigía en el parque central, con llantos y gritos, que se retirara “ese grande” que estaba haciendo tanto mal en las mentes de los jóvenes y de todas las personas de Xela, en el nombre de Jesús.
A pesar de todo la marcha no perdió su carácter quetzalteco: el encanto. Todo empezó con Stonewall en una revuelta con tan solo 150 personas. Xela es un lugar en el que un paso como este, o un taconazo como este, puede ser el inicio de grandes cambios. Cambios de percepción y de relación en un lugar que está articulando su tejido social, activando en el presente, retomando su pasado y construyendo su futuro.
*Dentro de la Iglesia catedral los santos sosteniendo la biblia en una mano y un arma en la otra. Pantallas LCD dan la misa para quienes no alcanzan a ver al padre, las cámaras vigilan todo. Curioso.
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